Soy autónomo y fotógrafo deportivo, aunque esta no es mi actividad principal. Lo que más tiempo me quita son los deportes de aventura. Tengo una pequeña empresa de turismo activo que se llama Sierra eXtreme, la cual está íntimamente ligada con la fotografía.
Se puede decir que, uno de los elementos diferenciadores, de Sierra eXtreme es la fotografía. Siempre que no sea el guía principal de la actividad, llevo conmigo mi Canon R6. El motivo de llevarla no es solo para tener contenido, si no también para dar un servicio extra en la actividad, un recuerdo para toda la vida.




Podría llevar una GoPro o alguna equivalente, pero no sería lo mismo. La calidad que da una cámara mirroless, como es en este caso, no lo da una de acción. Y este hecho es importante, no solo para mi, si no también a la persona que viene a hacer la actividad.
Gracias a tener la empresa de turismo activo, me ha ayudado a crecer como fotógrafo deportivo. En ocasiones cuento como me cuelgo de una pared para fotografiar a escaladores o barranquistas. Lo mismo me llevo horas colgado para conseguir la foto ansiada.
Además, el ser fotógrafo deportivo me ha abierto puerta a otra de mis pasiones, la bicicleta. He acudido a carreras de MTB como fotógrafo de la prueba, y la verdad es que me he divertido muchísimo.
Es una auténtica pasada ver la cara de esfuerzo de los participantes, y la guasa de otros. Una competición de ciclismo es una auténtica delicia.
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